miércoles, 14 de marzo de 2012

Fuera de joda que si había algo que me re copaba era entrar al aula y sentirles el bacalao a mis siete amigas, y amigos; y ahora se los tiento pero cuando toca el timbre para ir a rezar tengo que irme de ese salón. Esta bien que cuando toca el timbre para ir al recreo también voy con ellas, me doy el tupe de bajar la escalera e ir, pero no tolero más esas cinco hora que tengo que convivir con 36 marmotas (bah, supongamos que 30 porque hay seis personas que nada mas rescato de ese "grado" entre muchas comillas). Detesto tener que estar con ellos, aunque es lo que merezca no creo aguantar todo el año, voy a terminar yendo a una escuela de negros, o no sé. Son uno más inútil que el otro, no se puede mantener una conversación que ya se ríen, se hacen los capos porque fuman ehn, estúpidos. son infumables, intolerables...y yo que me quejaba de porta. (Hoy en día lo extraño, ne tampoco tanto).
Pero NIE, estar ahi es un castigo...como si fuera Rosaura la esclava, necesito estar en un grado como la gente, parecen todos mogólicos (parecen no, SON) pedazo de indaptados sociales y/o mentales, les pegaría un tiro en la cien.  No voy a cambiar,y menos que menos la manera de ser, en cuanto a no poder guardarme la bronca para adentro para mi, no está bueno llegar y verles las caras de nabo que tiene cada uno. Son un tiro en las pelotas, nada mas odioso que cinco hora junto a ustedes.

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